sábado, 22 de enero de 2011

el síndrome del mesero


Soñaras y señores hoy quiero empezar hablándoles de lo que he denominado el síndrome del mesero (sin demeritar los meseros) Resulta que han pasado las navidades pero siguen llegando amigos y amigas desde el exterior, muchos son familiares. Ganan en dólares o euros. Llegan con maletas grandes en una de ellas traen regalos de todo a un dólar, los niños los esperan con ansias y también sus coterráneos pobres (así tengan carro y casa en un país latino) Llegan dispuestos a contar aventuras gringas, europeas u orientales ¡téngalos ahí!   Ya que son capaces de hablar toda la noche, por eso de cambio de horario. Como dicen en mi país: “hablan más que un perdido cuando lo encuentran”. 
Hacen todo un derroche de alegorías de bienestar, de sus logros, gastan en dólares o euros - uno piensa ¡llego mi amiguito rico!
Todos les piden dinero, ellos se los dan. Regañan con facilidad por cualquier cosa,  dan muchos concejos,  se ríen a carcajadas, todo les parece raro  a veces  desagradable, critican la política social y económica del país. Y cuando uno les dice - me llevar - ¡nonono! ¡Eso es muy duro por allá!  
Cuando van a un restaurante llaman al mesero, piden lo más costoso o lo que más extrañan,  Frijoles con chicharrón. empiezan: - no se demore - que lento es ese mesero – oiga, usted porque me trajo los frijoles con tanta sal -  me va a matar de presión - mejor me trae una hamburguesa con doble carne con un jugo de mandarina pero sin azúcar, por eso de la dieta - no le voy a dar propina-.

Al mes larguito se van, se les acabaron los dólares o euros se dirigen de nuevo, sin ganas pero con necesidad, a meseriarle a los gringos, europeos u otros. nosotros de todo corazón esperamos que no se comporten como lo hicieron acá
Nota: son unos pocos los que sufren el síndrome del mesero (o muchos), agradecemos a todos a aquellos que viven el exterior y mandan para alimentar a sus familias latinas. Ojala algún día nuestros pueblos puedan ofrecernos el bienestar que necesitamos.